Las luchas ambientales comenzaron a extenderse en todo el país al ritmo de las distintas propuestas de empresas que tientan con grandes ingresos de divisas a los gobiernos de turno.
Hace unos días conocimos lo que estaba ocurriendo en Andalgalá – Catamarca, por la terrible represión desatada sobre los asambleístas y vecinxs reunidos en la localidad de Choya quienes intentan frenar dos megaproyectos mineros altamente contaminantes. Andalgalá resiste; lxs manifestantes están decididos a defender el Agua.
Mirando del otro lado de la pantalla la violencia institucional desatada, nos preguntamos con qué desenlaces posibles contamos; y aquí surge repasar la historia en nuestro país ya que el siglo XXI marcó un antes y un después de la Lucha Ambiental en la Argentina, donde las comunidades demostraron que la unión hace la fuerza.
Los nuevos modelos de extracción de Petróleo y Gas conocidos como fracking, la biotecnología como modelo agrícola y el proceso de lixiviado de la megaminería, dieron origen a nuevos movimientos sociales de base que salieron a defender el medio ambiente y sus recursos naturales con uñas y dientes.
No alcanzan los dedos de dos manos para contar la cantidad de marchas que significaron “el comienzo del fin” de proyectos de empresas que con modelos extractivistas siguen haciendo fuerza para instalarse, a la vez que se multiplican las voluntades de comunidades enteras que se levantan para rechazarlas.
Si bien durante la última década del siglo pasado se crearon más de 60 ONG’s conformadas por profesionales que luchaban por el medio ambiente, impulsadxs por la preservación de áreas naturales, especies en peligro y residuos nucleares; el siglo XXI fue signado desde el comienzo por organizaciones de base que ganaron protagonismo peleando contra los modelos extractivistas que amenazaban a todxs lxs vecinxs.
Con la victoria de lxs vecinxs de Gastre como antecedente, quienes lograron después de varias movilizaciones, que miles de personas se apostaran en las calles rechazando la instalación de un basurero nuclear; algunos años después otra comunidad chubutense, Esquel, se organizó y salió a luchar contra la megaminería, logrando en el año 2003 la convocatoria a un plebiscito que le dijo NO a la megaminería con el 81% de los votos.
Entre el año 2005 y 2010 cientos de vecinos de Gualeguaychú rechazaban la instalación de pasteras a orillas del río Uruguay en Fray Bentos.
Las luchas ambientales comenzaron a extenderse en todo el país al ritmo de las distintas propuestas de empresas que tientan con grandes ingresos de divisas a los gobiernos de turno.
Durante el año 2006 los vecinos de Famatina en La Rioja, alertaron a su comunidad y a las más de 30 localidades que reciben agua de su cerro homónimo, sobre el proceso de explotación que la compañía Barrick Gold pretendía iniciar sobre la abandonada mina de oro La Mejicana. Preocupados inicialmente por el uso indiscriminado de agua que suponía el tratamiento de extracción, el rechazo fue unánime. Charlas informativas, videos, volantes, acampes, cortes de ruta con gran convocatoria de ecologistas de todo el país y hasta el encadenamiento de un Intendente, fueron algunas de las manifestaciones que a lo largo de 10 años lograron impedir el desembarco de cuatro empresas mineras.
Corría 2007 cuando la cordobesa Sofía Gatica reunió a un grupo de madres del barrio Ituzaingó para realizar un relevamiento del estado de salud de su comunidad después de perder a su bebé de 3 días. Ante las repercusiones de la causa, se realizó un estudio epidemiológico detectando graves efectos de pesticidas en la salud de las personas. Entre 2012 y 2014 distintas localidades de la misma provincia se unieron y lograron impedir el desembarco de Monsanto.
La tecnología se abre camino sin pedir permiso; centrales nucleares, fracking en Vaca Muerta, una planta de explosivos en Salta, uranio en La Rioja; al contrario de lo que nos querían hacer creer en materia de avances, no todo lo nuevo es bueno.
La policía reprimió, reprime y reprimirá; pero las distintas movilizaciones de vecinxs, las reuniones en asambleas y la formación de organizaciones de base, han demostrado que sin importar ideologías políticas, la causa medioambiental es un factor común que confluye en una única y poderosa fuerza capaz de hacer desaparecer cualquier tipo de grieta.
Producción: Pájaros de la Noche